Reflexiones mezcladas de un tiempo en silencio...

Miro hacia atrás y muchas cosas han cambiado, el tiempo no se detiene ni nosotros tampoco con él. 

Confieso que en algunas cosas me he vuelto más inflexible y en cambio, en otras, me cuesta menos ceder, o quizás la palabra correcta sea abandonar. Cuando algo no funciona no tiene sentido continuar, cuando el esfuerzo es en vano prefiero no dedicar esfuerzos.

Hay quien puede considerar que mi abandono es su éxito, pero precisamente resulta ser al contrario, aunque no quieran verlo.

En ocasiones he perdido pero en la perdida, a veces, también se gana si miras con los ojos adecuados, aunque suele ser cuando la perspectiva es también la correcta.

Resulta abrumador cuando aceptas que la mayoría de las cosas escapan a tu control y somos simples reacciones a lo que acontece a nuestro alrededor. 

Podríamos entonces simplemente dejarnos llevar, mecernos por los acontecimientos y rendirnos al ritmo de lo que nuestros días nos concedan, o podemos en cambio, dotar con nuestro particular granito y puede que de ese modo, un pequeño gesto, sea el inicio o aliciente para alguien.

Me siento agotada cuando esperan que desde ese pequeño gesto nazca otro, y después otro para pasar a uno mayor y así, sin saber como, llegar a hacérselo todo.

Observo eso en las generaciones venideras y, me asusta, mucho, yo siempre he querido ser autosuficiente, aprender poquito a poquito a valerme por mi misma en todos los campos que pudiera ir necesitando y depender lo mínimo.

Me bloquea comprobar que las ilusiones, los proyectos y la lucha personal están desapareciendo para simplemente adoptar poses que les hagan parecer más interesantes a la pos que les caiga del cielo aquello que puedan necesitar, sin siquiera tener que planificarlo o pedirlo.

Creo que me estoy haciendo mayor...




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