Sí, es cierto, lo soy
Sí, es cierto, lo soy,
aunque en realidad no es algo que piense,
en mi día a día no medito como debiera actuar
para serlo o para todo lo contrario.
No deja de sorprenderme, incluso ahora,
después de tanto tiempo siendo mi realidad,
cuando me presentan sobre la mesa
precisamente esta reflexión.
Se formula desde la negatividad del verbo,
desde esa mirada de quien no puede comprenderlo,
fingiendo respetarlo entre la contradicción del juicio
escondiendo en la prudencia la disconformidad.
Sí, es cierto, lo soy,
no ya por una convicción interna, que también,
por una elección tomada libremente, que también,
sino por una confianza deposita de inicio
y hoy ya, basada en la buena gestión demostrada.
No tiene mérito, en realidad,
se trata únicamente de experiencia,
de observación y conocimiento,
de paciencia y, sobre todo,
por las ganancias reales.
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