Llegará...
Cierto que las cosas no salen siempre como deseamos,
que a veces nos ponen a prueba y sería fácil rendirse;
los enfados, el desengaño, la indiferencia, el dolor,
miles de sensaciones que minan las ilusiones
que llenan los proyectos de apuestas y trabas.
Ahora bien, no recuerdo una sola cosa,
ni siquiera una, de las que valen la pena,
por la que no haya tenido que luchar,
que me haya venido dada sin esfuerzo
y no será ahora de otra manera.
No puedo negar que me desaliento,
que me enfado sobremanera
y pierdo de vista el objetivo,
pero siempre vuelvo al camino,
una y otra vez me recompongo.
Mis motivos no siempre son míos,
aunque suelo hacer como si lo fueran,
de ese modo mi empeño es férreo
y mis sueños se fusionan con otros.
No me rendiré, de nuevo tendré paciencia,
las ilusiones se renuevan y la esperanza sigue
porque valdrá la pena cuando este listo,
y la espera quedará lejos cuando todo acabe.
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