Al caer los Tres meses...

A veces la vida puede sorprenderte con su dureza en cualquier instante,
puede mostrarte la crueldad de parte de quien menos debería enseñártela
y te exige la fortaleza que nunca debería ser necesaria.
 
Pero entre todo eso, entre golpe y golpe,
descubres la magia de esos pequeños detalles,
el respirar entre unos brazos que borran el mundo,
la oportunidad de empezar un nuevo proyecto,
el despertar junto a una piel que permanece cálida,
y compartir el tiempo que quieres se detenga.
 
Esos ojos que miran como si todo estuviera bien,
esas manos que acarician como si no hubiera otro momento,
esas risas cuando mis lágrimas pedirían darles paso,
paseos que cambian el paisaje siempre recorrido,
y sueños que se crean con cada nuevo paso.
 
Lo veo, aunque no siempre sea capaz de expresarlo,
lo valoro, aunque la incredulidad anule mi voz,
lo siento, porque es un regalo que la vida me entrega
llevándose aquello que tanto supliqué
aunque su perdida me resulte dolorosa.
 
Gracias por estar a mi lado, por curar mi alma
y dame la esperanza de un sueño vivido día a día.





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