Que todos lo sepan...



Allí donde esté te pertenezco,
siempre porto Tu dominio,
y aunque los ojos ajenos no lo sepan
a Tu sombra me cobijo,
buscando la aprobación de mi Dueño
y esa señal que a todos indique
que soy Tuya y así me quieres.
 
Díselo al mundo, mi Señor,
que todos lo sepan,
y muéstramelo a mí,
con esos gestos compartidos,
con las miradas cómplices
y en la intimidad de nuestro lecho.
 
 
 
 


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