Cemento gris en cielo azul


Miro por la ventana al interior del patio,
cubierto de chapa, mugre y soledad,
y mientras el cristal devuelve mi reflejo
no reconozco mi olvidado rostro.

Nada vale más que Tu mirada despierta
entre el gentío de ojos cansados,
cuando la tristeza las paredes impregna
y oculto en mi interior la rabia y el anhelo.

En la noche, cuando la calma debería acogerme,
me hallo entre el abismo, por la izquierda
y el amor puro, por la derecha,
igual que este corazón desbocado
que alberga ansia y deseo.  

Debo recordarlo y Tu me lo recuerdas,
debo olvidarlo y así me lo concedes,
vacía de dolor, depositando sobre Ti mis lágrimas,
ya no hay lugar más que para la entrega.

Renovada, amada, sobrecogida,
cualquier roce sobre mi piel es Tuyo,
y aunque las horas no son nuestras
el secreto que compartimos nos une,
y las sonrisas cómplices nos alientan.



Comentarios

Entradas populares