Cuando las miradas se cruzan
Puede que estemos rodeados de gente,
que el ruido en ocasiones resulte insoportable
y la carga mayor de la que debamos.
Puede que nos presenten más contras
que aquellos pros en los que creemos,
y se esfuercen en abrirnos unos ojos
que de par en par ya nos ofrecemos.
Puede que crean, que piensen,
que imaginen,
o incluso que teman,
todo según el color de sus ojos.
Pero yo, entre todo ese barullo,
ese ir y venir sin sentido,
esos incómodos silencios;
entre ese despliegue innecesario
yo recuerdo la primera vez que te sentí,
tantas y tantas veces como a Ti me uní.
Siento en mi piel Tus amores,
las horas y horas compartidas,
las caricias que me enloquecen,
el deseo, la pasión, la complicidad,
y la magia que nadie comprende
porque nadie más la tiene.
Todo aquello que me presentan,
carece de valor ante la evidencia,
y es que cuando las miradas se cruzan
hay que saber comprenderlas,
y veo en la Tuya el deseo
de poseer cuanto yo tengo,
y en la mía te ofrezco el anhelo
de amarte complaciente y paciente.
Cuando nuestras miradas se cruzan,
sólo estamos Tu y yo...
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