Nunca me gustó la historia...pero quiero hacerla contigo.



A veces, un insignificante detalle, algo en lo que ni siquiera habías pensado se te queda grabado y a las pocas horas vuelve para mostrarte una realidad distinta de la que a priori percibías.

Me resulta complicado vivir de acuerdo a mis propias necesidades y, a la vez, cumplir con aquello que se espera de mí, y quizás ha llegado un momento en el que la carga acumulada para llegar a satisfacer tanta premisa es demasiada para mí y tengo que volver a reestructurarme y buscar otra manera de enfocar mis días.

Confieso que son días complicados, de incertidumbre, de temor y aunque procuro hacer como si nada cuando el silencio reina me sobrecoge e inevitablemente me invita a un pasado que ya no tiene sentido y, a la vez, a un presente que no me resulta tampoco alentador.

Entonces, me veo obligada a mirar a un futuro lejano, a pensar que quizás, como en otras ocasiones en que no veía más sumergida en un ahora que siempre es momentáneo, esto sirva para algo, quizás es necesario para algo que está por llegar, y que, necesito pensar me he estado preparando.

A pesar de mis muchos defectos, me esfuerzo en ser buena persona, en olvidar agravios que quizás debería tener más presentes y actuar en consecuencia, en recordar aquello que me ha herido para tratar de evitárselo a los demás, en hacer que los que me acompañan se sientan amados a mi lado, y en hacer todas mis tareas con la alegría del trabajo bien hecho.

Y entre tanto por hacer, entre tanto esfuerzo insignificante a veces me olvido de que estoy aquí, y de que tengo a mi lado realmente quien hace todo eso que yo trato de hacer por los demás por mí, sí, por mí, y ahora es cuando me doy cuenta, y cuando no sé si seré capaz de gestionarlo y agradecerlo como merece.

Quizás era necesario un miedo mayor para dejar de lado nuestras inseguridades, quizás el "no debí hacerlo" es ahora una oportunidad y quizás esas casualidades que no comprendemos en realidad no lo sean tanto.

Son divagaciones de una noche en vela, no me hagáis demasiado caso, pero estoy segura que entre toda esta mezcla de ideas hay alguna de buena y cuando consiga ordenarlo y sacarle la esencia me ayudará, porque así es como funciono...

De momento tengo claro que tengo que cuidarme, que debo espaciar mis responsabilidades dentro de mi mente y que, debo cuidar mucho también a quien me acompaña en esta época, de una relevancia historia impresionante pero de una incertidumbre apabullante, porque una vez tras otra me muestra una realidad inesperada, y me sobrecoge de nuevo mostrando ir mucho mas allá de esas palabras que todo el mundo reclama oír.

Prefiero sentirlas,  sin duda y ser capaz de corresponderlas como merece y anhela.

Hoy es un día especial, 22, y aunque no era el texto que tenía pensado estas son las palabras del momento, y si saben leerse contienen algo mucho más valioso que una conmemoración y aquí le dejo su lugar.

Dicen que en momentos difíciles es cuando realmente conoces a las personas y tengo la fortuna de tener a mi lado a alguien mucho más maravilloso de lo que he sido capaz de imaginar, cada día me sorprende y cada día me siento mas afortunada.


No sé si es esto es sólo un sueño, temo que no haya ocurrido de verdad y cuando despierte se haya esfumado...

Feliz cumplemes, mi Señor


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