No pasa nada...



Si algo tenemos en común las personas es que cuando creemos que nos salimos de la normalidad todos nos asustamos y empezamos a pensar que aquello que nos sucede es anormal, si estaremos locos, si necesitaremos algún tipo de tratamiento, y sin saber muy bien que nos ocurre lo ocultamos, a veces incluso, durante mucho tiempo.

Creemos que si dejamos pasar ese tiempo al final esa tontería se nos pasará, pero si realmente es algo que forma parte de nosotros volverá y volverá, y nunca podremos obviarlo del todo.

Cuando te das cuenta de que ese querer es recurrente sueles empezar por buscar, y por suerte hoy con internet esa labor es muy sencilla, y a deshojar entre todo ese batiburrillo de diferentes opciones aquella que se asemeja más a la nuestra.

Ves que no eres el único, que hay quien como tú lo siente, incluso parece vivirlo y disfrutarlo y poco a poco el miedo deja lugar a la curiosidad y aceptación.

Algo similar nos ocurre a las sumisas cuando experimentamos esas primeras veces el fallo a quien nos guía.

Pienso que deberemos ser conscientes de que siempre existirá ese amargor en la boca del estómago que nos clama saciarlo y esa recurrente idea de resarcirlo.

Temes el correctivo, no quieres que sea impuesto pero a la vez sabes que es el único medio para que esa sensación pase pronto y olvidar esa quemazón.

No pasa nada, es normal, tenemos un estrecho vínculo, es imprescindible para nosotros saber que nuestro Dueño se siente orgulloso y conocemos que nuestros actos siempre tienen consecuencias, en un sentido u en otro.

Pedirlo? Hacer como si nada?...Creo, personalmente, que la solución​
correcta es sólo una, la sinceridad. Hablad con Él, expresad esa sensación y, sea cual sea su respuesta, aceptad y obedeced.

No hay nada que esté bien o mal, sólo Él sabe cómo y donde quiere llevarnos, si en ese momento necesitamos un correctivo, continuar sintiendo la quemazón como aprendizaje o adquirir el compromiso de reconducirnos y continuar.

Sé que asusta, esa incertidumbre, precisamente en el momento en que no estamos orgullosos, es algo complicada de gestionar, pero sobretodo pensad que no estamos solos, que tenemos la fortuna de que alguien nos guía y esa responsabilidad compartida quita mucho peso a nuestros hombros, y por el contrario, Ellos la cargan, por eso digo que es imprescindible que conozcan esa necesidad incipiente de la parte sumisa.

Tranquilos, no pasa nada....

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