Sencillez sublime

Suele ocurrir que nos esmeramos en crear sorprendentes instantes, siempre deseamos dejar con los ojos como platos a quien amamos mediante suculentas veladas, viajes de ensueño o valiosos regalos y, aunque esos no sean motivo de rechazo para mi, tampoco lo son esos otros instantes en que lo importante es lo que se siente sin ningún otro aditamento, cuando somos capaces de prescindir de todo lo material y centrarnos en las emociones que albergamos al compartirlos.

Hoy que suele ser un día de materialismo consumado me quedo con lo sublime de la sencillez, como cuando dos cuerpos desnudos que se aman se encuentran en el leve roce de una caricia, caricia que puede albergar y conceder muchísimo más de lo aparente, siendo personal y diferente para cada persona.

Adoro ese roce leve, esa pasión que desata ese tierno instante...

Permitidme hoy que os conceda esa sensación a través de esta imagen. Olvidad lo concreto de sus cuerpos, sólo veros a vosotros con quien deseéis y disfrutad...

Feliz noche.

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