Muchos, todos, míos, Tuyos, nuestros...

Ya es bien sabido por todos que estas épocas festivas no suelen ser de mi agrado, y aunque hemos superado ya la gran mayoría de ellas queda alguna en la que suele destilarse una exagerada y fingida felicidad, y es cuanto menos preocupante que nos esforcemos por serlo (o aparentarlo) tan sólo unos días al año.

Siento si mis palabras desentonan con el ambiente festivo de esta velada pero como suelen decirme no soy muy de responder a tópicos y típicos, así que en esta ocasión no puede ser diferente y mi forma de celebrar esta festividad dista bastante de lo esperado. 

Sólo aquellos que me conocen bien de cerca saben que me esfuerzo por cumplir aquello que les ilusiona pero si no veo necesidad de ello prefiero refugiarme en mis atípicos placeres y dejar que la velada pase, porque yo busco ser feliz día a día, e igualmente en este día (o noche) existen motivos para serlo o no serlo.

Me alegro por todos aquellos que disfrutan de una sincera compañía en esta noche, por los que se miran entre el bullicio de las calles y se hablan con ello, por los que descuidados por ojos ajenos se acarician en un gesto de complicidad, por la ilusión de los que esperan un año mejor que el que dejamos atrás, y por la gente genuina que sigue trabajando por sus objetivos.

Yo he tenido que renunciar a mucho por mis anhelo y sigo sorprendiéndome por la incomprensión de quien no admite mi felicidad, sigo creyendo que el día 8, el 13 o el 22 puede ser iguales o mejores que el 31 y que una fecha puede convertirse en especial si alguien se esmera.

No os pondré mi balance del año porque no creo que os resulte demasiado interesante, ni definiré propósitos concretos que a la mayoría se nos quedan en el tintero, sólo cerraré los ojos mientras el griterío de la celebración me llega en la distancia e imaginaré todos esos momentos que me han hecho sonreír sintiendo que la felicidad es posible, no como estado perpetuo, sino compuesto precisamente de instantes que vale la pena recordar.

Cuando a punto de llegar a casa me llamas, cuando sonríes ilusionado aunque ya lo sepas todo, cuando me buscas entre la gente sabiendo que me verás, cuando recorremos tiendas y mas tiendas en busca de un imposible que después se presenta por si solo, las sorpresas que sabes que acertarás, un beso con los ojos cerrados, una caricia repetitiva que es nueva cada vez, cuando me miras y me siento bonita, especial, única, cuando pones a prueba mi entrega, cuando reconoces mi esfuerzo, un t'estimo sentido e inesperado, un beso en la mano que provoca nuestra sonrisa, los permisos previamente sol·licitados, las confesiones que resultan ser una tontería, el amor entre sabanas revueltas, Tu aroma a mi alrededor, Tu voz que juega con mis emociones, sueños inquietos que culminan con Tu contacto, paseos mientras embobada te miro, los nervios en mi estomago cuando pronuncias mi nombre, cuando te ríes de lo mal que uso vuestra forma de hablar, cuando aún te sorprendes de como me integro, cuando soñamos despiertos, cuando parecemos creer que será posible, cuando todas las horas no son suficientes, cuando bromeas con mis gestos, cuando me pillas y me encanta, cuando lo hipotético es real, ser reposo en Tu juego, esa mirada previa que no quiero saber que significa pero me encanta saberlo, cuando despiertas y no quieres marcharte, cuando acoges mis pies fríos, cuando no estás y me abrazo a Tu aroma, esperarte y esperarte demostrando asi mi paciencia y amor, poder decirte que t'estimo sin que te suene mal,  peli y mantita, recortar los días que quedan para verte, construir palabras, sentir que por fin todo encaja, no ser capaz de acabar nunca de enumerar instantes...

Ese es mi deseo, instantes, muchos, todos, míos, Tuyos, nuestros...




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