Atada al despertar

Es innegable mi deseo y necesidad de sentirme atada por mi Señor, que no por cualquier desalmado que se crea con derecho de gobernar mi cuerpo, en el sentido más estricto de la palabra y en ese otro más mental que me hace sentir unida, que me condiciona a Sus querencias y hace que mis anhelos sean reflejo de los Suyos.

Hoy he amanecido como si anoche me hubiera dejado durmiendo con mi collar, ese que es un poquito más ancho, lo suficiente para que con el paso de las horas se cree cierta incomodidad sin llegar a ser doloroso, y al pronto despertar la cadena hubiese mostrado que Él estaba justo al otro extremo, tensando para llevar mis labios junto a los Suyos en un beso de buenos días, cargados de emoción, con gran dominio y pasión.

Ya han pasado unas cuantas horas y sigo con esa sensación de posesión y esas tremendas ansias de que mire directamente a mis ojos y lea mi entrega.

Ojalá dure todo el día y nada ni nadie difumine esta emoción...

Comentarios

Entradas populares