Sin subterfugios....

Si algo me ha costado siempre es la espera paciente pero reconozco que cada vez me resulta un poquitito más fácil, sobretodo cuando sé que esta espera es real, cuando tras ella hay un compromiso.

Hasta hace poco creía que la espera era una excusa para alargar un plazo hasta que al final desistiera, se me olvidara o perdiera el interés, pero es cierto que no hace demasiado he descubierto que hay personas que piden la espera para poder ofrecerlo después con verdaderas ganas, dándolo todo y valorando esa paciencia.

Cuando sabes que no es un subterfugio, que simplemente es un tiempo ofrecido que se recorta a cada instante todo cambia.

Sé que llegará también el día en que mi paciencia será digna de una buena esclava y en la espera misma obtendré la recompensa, mientras toca continuar trabajándola...

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