Noches en vano...
A veces las noches son crueles, las pesadillas se suceden una tras otra sin descanso y el rato en que me mantengo despierta me atacan los recuerdos para recordarme que es real, que estará siempre en mi.
Debo esforzarme en limpiarme, en dejar fuera lo que la hoguera quemó una noche y lo que la lluvia arrancó al día siguiente.
Cambio los recuerdos por el dolor en mi piel, las marcas en mi espalda, por el abrazo sincero y por la esperanza de mantener este sentimiento, por mucho que en ocasiones los demonios aún me atrapen y me digan que no lo merezco...
Sé que es otra la mano que me guía, en la que confío...
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