Luchas innecesarias
Si hay algo que me resulta terrible e inaceptable para mi pensamiento es la falta de respeto en la pareja.
Sé que dicho así todos estaremos de acuerdo, pero si eso fuese cierto no estaría presenciándolo tantísimas veces y quedándome terriblemente impactada ante esas escenas que una vez y otra se dan ante mi mirada, con una cotidianeidad pasmosa, como si hubiera algo que lo justificara, ya sean las tensiones del día a día, la monotonía, los muchísimos años de relación o las más variopintas excusas.
Me recriminan en incansables ocasiones mi duro carácter, como si fueran incapaces de ver que tan sólo es un reflejo, una respuesta, como la imagen que te devuelve un espejo, pero me hallo en cambio con una dulzura encantadora y sosegada en manos de mi Señor.
Hace tiempo reconocerlo, que no sentirlo, me hubiese costado horrores, pues era desvelar mi interior, pero hoy digo sin temor que este tipo de relación que disfruto es la mejor que puede haber, la mas estable, donde resulta muy sencillo encontrarse cómodo.
No hay luchas absurdas, no hay poderes que demostrar sobre el otro, hay una normas establecidas que facilitan la convivencia, y si en algún momento hubiera una desviación de esos acuerdos hay consecuencias como ambos tienen ya claro.
Hay tantas y tantas cosas que creo se distorsionan siendo todo mucho mas sencillo cuando cada uno es y se acepta, que dejaríamos de lado tensiones innecesarias sobre nosotros mismos y sobre los que comparten nuestra vida.
Me entristece ver esas faltas de respeto, esos desencuentros normalizados y esas luchas que tan sólo alejan.
A la vez, me anima a continuar cuidando esta relación, porque la amo.
Sé que dicho así todos estaremos de acuerdo, pero si eso fuese cierto no estaría presenciándolo tantísimas veces y quedándome terriblemente impactada ante esas escenas que una vez y otra se dan ante mi mirada, con una cotidianeidad pasmosa, como si hubiera algo que lo justificara, ya sean las tensiones del día a día, la monotonía, los muchísimos años de relación o las más variopintas excusas.
Me recriminan en incansables ocasiones mi duro carácter, como si fueran incapaces de ver que tan sólo es un reflejo, una respuesta, como la imagen que te devuelve un espejo, pero me hallo en cambio con una dulzura encantadora y sosegada en manos de mi Señor.
Hace tiempo reconocerlo, que no sentirlo, me hubiese costado horrores, pues era desvelar mi interior, pero hoy digo sin temor que este tipo de relación que disfruto es la mejor que puede haber, la mas estable, donde resulta muy sencillo encontrarse cómodo.
No hay luchas absurdas, no hay poderes que demostrar sobre el otro, hay una normas establecidas que facilitan la convivencia, y si en algún momento hubiera una desviación de esos acuerdos hay consecuencias como ambos tienen ya claro.
Hay tantas y tantas cosas que creo se distorsionan siendo todo mucho mas sencillo cuando cada uno es y se acepta, que dejaríamos de lado tensiones innecesarias sobre nosotros mismos y sobre los que comparten nuestra vida.
Me entristece ver esas faltas de respeto, esos desencuentros normalizados y esas luchas que tan sólo alejan.
A la vez, me anima a continuar cuidando esta relación, porque la amo.
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