Como lo necesito...

Pues lo cierto es que necesito mucho sentir el collar en mi cuello, la cadena de la mano de mi Señor y sentir como me anhela a Sus pies.

Hoy durante todo el día, plenamente consciente en ocasiones y otras sin apenas darme cuenta, me he refugiado en esa bella necesidad y he sentido el dulce efecto de ese cuero sobre mi piel, de esa piel deseosa y de ese deseo compartido.

Mirar a los ojos a mi Señor para verme ofrecida...

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